viernes, 13 de abril de 2007

¿Por qué?

Encuentran a un sacerdote muerto, golpeado y maniatado, en su domicilio de Murcia

Algunos vecinos han declarado que Salvador Fernández solía abrir las puertas del inmueble a los necesitados El ex párraco de las iglesias La Purísima y La Santa Cruz de Murcia estaba jubilado desde hace un año

(ALI)

Con este titular, esta entradilla y esta imagen anunciaba el Diario Nueva Línea la muerte de un párroco del barrio del Carmen (Murcia). Algo que ha resonado a nivel nacional y que no deja indiferente a nadie.

Ahora es cuando yo me pregunto: ¿estamos todos a salvo? Porque digo yo, si éste hombre era bueno, generoso, amable y abría la puerta de su casa para todos aquellos que necesitaban algo, tal y como dicen sus vecinos, ¿qué será de mí que no hago nada de eso? Es cierto que no entrarán en mi casa con tanta facilidad (o sí, todo depende de la resistencia de los cierres de mi puerta o de lo 'mañosico' que sea el ladrón/asesino/yoquesé) pero me pueden matar por el simple hecho de no ser tan buena, de no dar a los demás lo que tengo o... por infinidad de cosas.

Cuando me enteré de lo ocurrido, antes de que saliera en los medios de comunicación (una tiene sus contactos), me imaginé qué podría haber ocurrido, todo esto sin saber nada más que esto: un sacerdote de murcia había sido encontrado muerto en su domicilio. Robo, sacrilegio, ajuste de cuentas (quién sabe, nadie está libre de culpas...) y así infinidad de cosas que podrían, perfectamente, ser portada de un diario nacional durante días y días, mientras duraran las investigaciones.

Pero pronto se desactivó una posible y "fiable" vía de escape: algunos mendigos que solían ir a casa de este sacerdote a pedir ayuda. La verdad es que tiene sentido, es lógico. Pero, ¿por qué querrían matarle? Cuando alguien es demasiado bueno en algo suele desatar la envidia de aquellos que le rodean y que no le aprecian. Aunque esto me parece incocebible en este caso.

Así que aquí dejo una pequeña pregunta, ¿por qué?