miércoles, 2 de enero de 2008

Retomar las riendas

Retomo mi camino, mis riendas, mis pasos y mis ideas.
Hace algún tiempo que tuve que cerrar este sitio por motivos personales. Pero hoy me he decidido a reabrirlo. Sí. Año nuevo, post nuevo. ¿No?
En fin, que volveré a recoger un poco mi punto de vista sobre la sociedad, la información, el periodismo, la vida en general.
Admito todo tipo de comentarios, siempre y cuando no se falte al respeto a nadie (mucho menos a mí) y todo tipo de sugerencias.
Comienzo con una entrevista que le hice a un entrenador de baloncesto, aunque la dejo sin titular para que me digáis cuál sería el vuestro.


La vinculación de Fernando García Bernal (Cartagena, 1982) con el mundo del deporte se remonta a su infancia. El patio del colegio donde estudió y un balón de baloncesto fueron sus primeros compañeros de juego. Con nueve años comenzó su carrera en el equipo Benjamín mixto de la Escuela de Baloncesto Salesianos de Cartagena, de la que ahora es entrenador.

¿Cuál es su primera vinculación con el mundo baloncesto?
Como la de todo el mundo, viendo un partido por la televisión. Luego ya se encargan tus padres de comprarte un balón y tú mismo ya encuentras un sitio dónde jugar, en este caso el patio del colegio dónde conocí el club al que más tarde pertenecí, la Escuela de Baloncesto Salesianos.

¿Por qué baloncesto y no otro deporte?
No lo sé. Supongo que cuando era niño tenía la carga necesaria de emoción como para despertar en mí el interés por empezar a practicarlo. Recuerdo que era algo muy emocionante y muchas veces ni me enteraba qué pasaba, pero tenía ese movimiento y acción que llamaban poderosamente mi atención.

¿Ha estado metido en algún otro deporte?
No, era muy malo practicando cualquier otro. Actualmente hago carreras populares.

¿Qué espera conseguir con su equipo?
Simplemente que disfruten del deporte. Están en una edad difícil y es muy complicado que alguna de mis jugadoras se dedique a esto del baloncesto con lo que el principal objetivo es que disfruten practicando deporte.

¿Qué les enseña?
El objetivo principal es que aprendan baloncesto, pero tenemos otros objetivos como son que adquieran unas condiciones físicas determinadas, mejorar su salud, etc. Aparte de que adquieran valores que se transmiten a través de la práctica de deporte en equipo, como son la colaboración, solidaridad, capacidad de sacrificio.

¿Cómo son sus entrenamientos?
En primer lugar creo que son divertidos. Me centro en una estrategia de aprendizaje guiado por descubrimientos, en los que mis alumnas se enfrentan a determinadas situaciones del juego a las que tienen que dar algún tipo de solución. Aparte, enseño técnica individual en la que intento que cada alumno tenga una pelota y sean ellos mismos quienes marquen su ritmo de aprendizaje.

¿Cómo es su relación con sus alumnos?
La relación es cordial con todos, pero siempre dentro de unos márgenes. La tarea de entrenador es muy complicada ya que en determinados momentos te puedes sobrepasar en tus relaciones con los jugadores y hacerte “amigo” o cogerles demasiado cariño. En primer lugar, mis jugadores son chicas que pertenecen a un grupo al cual tengo que dirigir con lo que tengo que marcar siempre unos límites. Ellas están en un extremo y yo en el otro y la relación tiene que ser cordial pero distante, cada cual en su papel.

¿Considera que es buena la situación del baloncesto en Cartagena, en su categoría?
La situación de Cartagena es dramática. La desaparición del primer club de la ciudad, el Club Amigos Baloncesto Cartagena, el pasado verano provocó que la ciudad perdiera a un equipo en el baloncesto nacional. Actualmente hay dos equipos en primera autonómica, una división regional, lo cual para una ciudad con la población de Cartagena es de risa. No hay buenos gestores y, lo que es peor, no hay afición por el baloncesto que pueda el día de mañana sostener a un equipo en una categoría importante. Y en cuanto al baloncesto femenino, si el nivel en la región es bajísimo, en la ciudad es peor, pues si hablamos del poco seguimiento en el masculino, en el femenino esta afición prácticamente es inexistente.

¿Y en el caso de los equipos nacionales?
Buenísima, tenemos una federación que es un orgullo para todos los que practicamos este deporte. La liga cada día va a más con equipos que en las competiciones continentales juegan finales año tras año y la selección Española transmite unos valores y practica un juego que engancha a todos. Lo malo es que hay poca afición fiel que, fuera de eventos en los que participe la selección, no sigue el baloncesto.

¿Cuáles son sus perspectivas personales de futuro?
Me gustaría entrenar a equipos masculinos de categorías junior en adelante. Ya llevo muchos años en esto y siempre he trabajado para niños pequeños y es el momento de probar cosas nuevas.

¿Se dedica sólo al baloncesto o a algo más?
No, el baloncesto es una afición no mi trabajo. Yo soy profesor y supongo que la vocación docente y mi afición por el baloncesto hace que me dedique a esto en mi tiempo libre. Además, no tengo problema para compaginarlo, el horario de profesor permite que pueda entrenar.

Desde las victorias conseguidas por la selección española de baloncesto, ¿se han apuntado más niños y niñas a este deporte?
Algo más, pero no muchas, no sé por qué pero en la región no existe una gran afición al baloncesto.

Si tuviera que destacar un momento inolvidable a lo largo de su carrera deportiva, ¿cuál sería?
La primera vez que iba a entrar a jugar en un partido de baloncesto. Mi entrenador era un muchacho llamado Juanjo, ya ni me acuerdo de su cara, pero me acuerdo que yo estaba sentado en el banquillo y me pidió que fuera a la mesa a pedir el cambio. Me acuerdo perfectamente de los segundos antes de entrar a la pista.